domingo, 4 de marzo de 2012

Cuaresma… camino de reconciliación y solidaridad

Queridos hermanos y hermanas estamos en un tiempo que constituye un camino de preparación espiritual intenso, la cuaresma; por eso les invitamos a que este año logremos darle el sentido que merecen estos 40 días que a partir del miércoles de ceniza contaremos hasta la Pascua.

La cuaresma no solo deben ser signos externos sino que junto con ellos debemos entrar en la dinámica de tomar en serio nuestra vida y de cómo la vamos llevando, para dejar que Dios sea Dios en nuestra historia y así alcanzar en el camino de la conversión la reconciliación no solo con nosotros mismos sino con los demás, en un clima de fraternidad y tolerancia, para salir al encuentro y escucha de los menos favorecidos de nuestra comunidad.

Es por ello que la cuaresma se convierte en un tiempo providencial en un camino que nos invita a reconocer que Dios tiene tanto amor por nosotros que siempre nos está llamando, pues conociendo nuestra fragilidad nos impulsa diariamente a que nos levantemos con mayor fuerza para seguirle solo a Él. Que esta cuaresma que se avecina podamos decirle a nuestro Dios ¡SEÑOR, HABITA MI ESPACIO, DAME TU MIRADA Y ENTRAÑAS DE COMPASION!Queridos hermanos y hermanas nos estamos acercando a un tiempo que constituye un camino de preparación espiritual intenso, la cuaresma; por eso les invitamos a que este año logremos darle el sentido que merecen estos 40 días que a partir del miércoles de ceniza contaremos hasta la Pascua.

La cuaresma no solo deben ser signos externos sino que junto con ellos debemos entrar en la dinámica de tomar en serio nuestra vida y de cómo la vamos llevando, para dejar que Dios sea Dios en nuestra historia y así alcanzar en el camino de la conversión la reconciliación no solo con nosotros mismos sino con los demás, en un clima de fraternidad y tolerancia, para salir al encuentro y escucha de los menos favorecidos de nuestra comunidad.

Es por ello que la cuaresma se convierte en un tiempo providencial en un camino que nos invita a reconocer que Dios tiene tanto amor por nosotros que siempre nos está llamando, pues conociendo nuestra fragilidad nos impulsa diariamente a que nos levantemos con mayor fuerza para seguirle solo a Él. Que esta cuaresma que se avecina podamos decirle a nuestro Dios ¡SEÑOR, HABITA MI ESPACIO, DAME TU MIRADA Y ENTRAÑAS DE COMPASION!

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