miércoles, 11 de julio de 2012

Sacramento del Bautismo


Objetivo:
                   Descubrir en el sacramento del bautismo que Dios nos elige y nos llama desde nuestros primeros días a vivir en su presencia para alcanzar la santidad.

Desarrollo del encuentro:

v  El sentido del Sacramento
El origen del sacramento del bautismo cristiano católico radica en el envío de Jesús a sus apóstoles:

Por tanto, vayan, y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que les he mandado; y he aquí que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo
Mateo 2819-20

La riqueza espiritual que han recibido los apóstoles es para compartirla, para entregársela a muchos; es a través de la misión apostólica como Jesús se extiende en la historia como las ondas sanadoras y redentoras de todos los hombres. El bautismo es su primera acción.  

Lo primero que podemos descubrir en el bautismo de los niños es que Dios nos elige, que él nos llama, que desea que estemos en su presencia, desde nuestra tierna edad. Las sagradas escrituras nos han mostrado siempre la elección de Dios, recordemos a Moisés, a Abraham, a Salomón, a Jeremías, a Juan el bautista, a María, a los apóstoles y a tantos otros que siguieron y se adhirieron a la vida cristiana (Juan 112-13). Dios nos ama primero y por eso nos concede su Santo Espíritu (Marcos 1, 8) convirtiéndonos en sus hijos, así se obtiene el nacimiento espiritual (Juan 3, 1-7). Y al ser hijos de Dios somos purificados de todo pecado (Tito 35), de esta manera se nos imprime carácter incorporándonos en la Santa Iglesia católica, con la que formamos el Cuerpo de Cristo (Hechos 241-42), quedando sellados en la universalidad cristiana. 


Bellamente exhortaba San Gregorio de Nisa, en una de sus homilías, “El hombre cuando es adoptado por Dios sobrepasa su naturaleza: de mortal se hace inmortal, de perecedero imperecedero, de efímero eterno, de hombre se hace dios”.

v  Participantes
Sacerdote:
Es quien preside la celebración, él, en nombre de la Iglesia, acoge al niño y le muestra el amor de Dios.  

Bautizado:
Es quien fue elegido por Dios para estar en su presencia desde la comunión de la Iglesia, y quien al recibir el sacramento del bautismo obtiene el sello del Espíritu santo. 
    
Padres:   
Son miembros de la Iglesia que al vivir la fe en Jesucristo han descubierto el amor de Dios y saben que Dios tiene amor infinito para amar a muchos. Desean que su hijo(a) reciba este amor.

Padrinos:
Son miembros de la Iglesia que también han experimentado el amor de Dios y desean acompañar a los padres en la educación de la fe. Tienen la obligación de orientar a los padres que se dejan seducir por el mundo y olvidan su deber paternal o maternal. Y en caso que faltasen los padres ellos asumirían la potestad de su ahijado. 

Pueblo: 
Son el resto de participantes de la celebración, en ellos reconocemos a la Iglesia universal. Todos, conocedores del amor de Dios, acogen al nuevo miembro de la gran familia cristiana, al nuevo hermano.

v  Símbolos y Signos

La comunidad:
Siendo una alegría para toda la familia cristiana, este sacramento se debe realizar en la presencia de algunos miembros de la Iglesia. El sacerdote realiza la señal de la cruz en la frente del niño e invita a que padres y padrinos hagan lo mismo, esto es signo de que es bien recibido por la comunidad cristiana. 

El cuestionario:
Los padres y padrinos, después de proclamar con la comunidad la profesión de fe (credo), son interrogados: “¿Desean padres y padrinos bautizar a su hijo(a) en la fe que todos acabamos de profesar?” La respuesta a este interrogante es fundamental para conocer el deseo de los padres y padrinos. La segunda da sentido a lo que han contestado: “¿se comprometen a ayudar a N. N. para que siga creciendo en la fe cristina?”

Las letanías:
Es el momento en el que recordamos la unidad de la Iglesia peregrinante con la Iglesia celestial. Nombramos a la corte celestial encabezada por la Bienaventurada Virgen María y seguida de los santos más conocidos del lugar, terminando con el nombre del niño que es bautizado. Recordar a estos santos es para la Iglesia recordar que sí se puede vivir en la presencia del Señor, gozando desde aquí de todos los bienes celestiales.

El agua:
El símbolo del agua nos significa la purificación. El agua debe ser derramada sobre la cabeza o el niño puede ser sumergido y se debe decir: “N.N. yo te bautizo en nombre del Padre del Hijo del Espíritu Santo, Amén.”. 

Existen también dos posibles bautismos, el de sangre, que consiste en aquellas personas que por diferentes motivos no pueden ser bautizadas y mueren a causa de la fe. O de deseo, que pueden ser aquellos que impulsados por la gracia, sin conocer a Cristo ni a la Iglesia, buscan sinceramente a Dios y se esfuerzan por cumplir su voluntad como también aquellos adultos que desean bautizarse y en el catecumenado muere.

La unción
Con la unción se significa la elección que Dios hace del niño para que viva como sacerdote (celebra), profeta (anuncia) y rey (gobierna).

Sacerdocio común: a partir de este momento el nuevo integrante de la familia cristiana debe entrar en la alegría de la celebración de fe. Su primer misión es “celebrar la vida”, primeramente con la orientación de sus padre y luego con sus propias decisiones. Como también se une a las celebraciones de la comunidad cristiana, todo acto litúrgico que la Iglesia viva en su fe: Eucaristía, Exposición del Santísimo, Rosarios, Novenas, Peregrinaciones, etc.
Profeta: es misión de todos los bautizados anunciar el mensaje de salvación, entregado en la persona de Jesús el Cristo. Procurando hacer vida lo que está predicando.  

Rey: ser rey es tener la potestad de gobernar, sabemos que un niño no toma decisiones, pero en compañía de sus padres y padrinos el bautizado debe aprender a discernir el bien en medio del mal que el mundo puede ofrecerle. Constituyéndose en una persona libre.

La vestidura blanca:
Signo de la pureza que recibe por ser hijo de Dios.

El cirio encendido
Signo de la luz de Cristo que guiará al bautizado. Todos, padres, padrinos y si se puede el bautizado, toman el cirio y reciben el compromiso para que esa luz permanezca siempre encendida con la misma intensidad.

Oración conclusiva:
En la cual se da gracia a Dios por una vez más manifestar su amor, y solicitándole que derrame el Santo Espíritu en el nuevo miembro de la Iglesia.  

Enseñanza del encuentro:

Ø  El sacramento del Bautismo nos concede la gracia del Espíritu Santo haciéndonos hijos de Dios, purificándonos del pecado original e incorporándonos a la vida de la Iglesia.

Ø  El Bautismo es la semilla de la fe (que es la gracia) que hay que seguir cultivando en vida de comunidad.

Los padres y padrinos reciben el compromiso de cultivar la gracia recibida por su hijo y ahijado. 

1 comentario:

  1. Agradecemos muchísimo este aporte... nos perece muy interesante... invitamos a nuestros lectores que se acerquen a este video y crezcan en conocimientos católicos.

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