domingo, 21 de octubre de 2012

MISIÓN DE LA IGLESIA


El Agua Viva

Juan 4:13-14  Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed;  (14)  pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.» 


El centro de la vida y misión de la Iglesia es Jesucristo, el agua viva. Todo cuanto hagamos para que Dios esté presente en el mundo, tiene que iniciar y terminar en la Persona de Jesús de Nazaret. Él no es tan sólo un buen hombre o un buen profeta o gran predicador, Él es el Emmanuel, es decir, El Dios con nosotros. Siendo Dios quiso hacerse hombre, quiso estar en el vientre de una madre y nacer, quiso aprender a caminar y hablar, quiso vivir en las necesidades de una humilde familia, quiso aprender de la vida, de la sociedad y de su religión. Jesús es el Dios-Hombre.

En la Persona de Jesús, el hombre no sólo conoció a Dios sino que también se conoció a él como hombre, por eso Jesús es el agua viva, porque cuando Él entra radicalmente en el creyente, integra todo su ser. Ser cristiano no es ser parte de una religión, sino haberse encontrado con una persona, Jesús de Nazaret. Ser cristiano es haber encontrado el agua viva que se bebe cada día para así convertirse en fuente para otros. Ser cristiano es transformar el mundo con la presencia de Dios.

Por tal motivo el cristiano no pone en negociación su fe, no puede negociar a una persona, no puede creer una cosa hoy y mañana ya pensar otra. La misión del cristiano es el proyecto del Señor Jesús: instaurar el Reino de Dios desde el amor en la humanidad, para que todos tengan vida eterna. 

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