viernes, 13 de septiembre de 2013

Ser religioso

P. Francisco Jordán, SDS



“El religioso debe ser: sencillo como un niño, sincero como un niño, humilde como un niño, modesto como un niño, obediente como un niño, fiel como un niño”.


El P. Francisco, fundador de los Salvatorianos, que siendo sacerdote diocesano, encontró en la vida consagrada religiosa la mejor manera de servir y crecer en el encuentro con Dios. Siempre con la idea de la necesidad de vivir este estilo de vida como lo niños. Como lo afirmaba Jesús, “En verdad les digo: si no cambian y no llegan hacer como niños, nunca entraran en el reino de los cielos” (Mt. 18, 3). Para el P. Francisco esa era la clave, ser como niños. Un buen religioso debe ser sencillo, sincero, humilde, modesto, obediente y fiel, como los niños.

Ahora bien, los religiosos no salen ni se forjan de la nada. Los religiosos surgen de las familias, donde aprenden a amar a Dios y se van encontrando con su llamada. Los religiosos son en un alto porcentaje lo que padres, hermanos y demás familiares le han transmitido. Así que, como familias debemos comprometernos a crecer en los valores que un religioso debe tener. Nadie sabe, más que Dios, en que casa, en qué familia hay un religioso, o religiosa o sacerdote. Es un llamado que se puede dar en cualquier momento de la vida. Este es el principal compromiso de toda familia cristiana, cultivar los valores que puedan forjar seguidores de Cristo Jesús.

En un segundo compromiso de toda familia cristiana, es la oración por todos las y los religiosos del mundo. Por quienes están en casas de clausura, en apostolados o en misión. La vida religiosa se alimenta espiritualmente también con la oración de toda la Iglesia. Oremos por los religiosos.

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